Estamos en pleno período de presentación de resultados, y los movimientos de nuestras acciones se verán afectados a corto plazo no por el valor absoluto de los mismos, sino por el cumplimiento de las expectativas del mercado en cuanto a lo que este espera de ellos.

Los departamentos financieros se han vuelto particularmente hábiles para cumplir y superar las estimaciones de ganancias de los analistas cada trimestre. A pesar de que el cumplimiento o superación de las estimaciones de ganancias pueden verse como un desarrollo positivo, algunas empresas adoptan técnicas de contabilidad que son cuestionables para lograr este objetivo.

Trimestre tras trimestre, y año tras año, las compañías tratan de batir las previsiones consenso de los analistas, con el objetivo de crear una sorpresa en el mercado y provocar una súbita revalorización de las acciones para regocijo de accionistas y directivos.

Es este un fenómeno que está ampliamente extendido, iniciado ya en la década de los 90, en la que empresas como Microsoft e Intel establecieron el patrón para las empresas de tecnología. De hecho, Microsoft superó las estimaciones de ganancias de los analistas en 39 de los 40 trimestres durante la década e Intel registró un récord aún más impresionante. Otras firmas de tecnología siguieron sus pasos al tratar de generar ganancias que fueron más altas que las estimaciones de los analistas por al menos unos céntimos. La evidencia es abrumadora de que el fenómeno se está extendiendo. Durante un período sin precedentes de 18 trimestres consecutivos entre 1996 y 2000, más empresas superaron las estimaciones de ganancias por consenso que las que se quedaron por debajo.

Dado que estas estimaciones de analistas son expectativas, ¿qué nos dice esto? Una posibilidad es que los analistas sistemáticamente subestimen las ganancias y nunca aprendan de sus errores. Si bien esta es una posibilidad, parece muy poco probable que persista durante toda la década. La otra posibilidad es que más bien relacionado con cómo calculan e informan las compañías cotizadas de sus resultados.

La pregunta es, ¿La manipulación contable de las ganancias realmente aumenta el precio de las acciones de una empresa? Evidentemente el valor de una compañía no varía a largo plazo por la superación de las expectativas de mercado, entonces, ¿cuál es la motivación real? Las empresas generalmente manipulan las ganancias porque creen que los mercados las recompensarán por presentar ganancias que elevadas y que estén constantemente por encima de las estimaciones de los analistas. Muchos gerentes financieros también parecen creer, equivocadamente, que la respuesta del mercado a corto plazo es una validación de su buen desempeño. Además, los gerentes creen que es más probable que sean despedidos cuando las ganancias caen significativamente con respecto a períodos anteriores y a menudo, compensación gerencial se basa en los objetivos de beneficios, y el cumplimiento de estos objetivos puede conducir a bonificaciones lucrativas.

Existen diversas técnicas contables que permiten maquillar las cuentas de resultados para que se adecuen a los resultados que espera el mercado. La parte buena, es que es que es muy difícil mantener dichas manipulaciones a largo plazo, y son estas las cuentas los que debemos considerar a la hora de valorar la bondad de los resultados de una compañía. No se tome por tanto demasiado en serio los resultados trimestrales a la hora de valorar la bondad de sus inversiones, y tenga en cuenta la trayectoria histórica de los mismos que son los verdaderamente importantes.

 

Guillermo González

Consejero Delegado de Arwen Capital SICAV

 

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